miércoles, 13 de marzo de 2013

PROYECTO: EL NAZISMO Y LOS JUDÍOS


13/03/2013 


APARECE EL DIARIO DE UN JOVEN JUDÍO EN EL QUE SE RELATA CON EXACTITUD EL HORROR NAZI.


Nuestras reporteras de investigación han hallado en los alrededores de Auswitz los restos de un diario personal de un judío, de nombre Amir, que por desgracia vivió los horores del nazismo. Este pequeño cuaderno contiene acontecimientos históricos de gran relevancia, debido a que es uno de los primeros documentos de esta época escrito en primera persona. Unos miembros de la compañía restauradora 'Restauradores Square', están trabajando en un duro proceso de reconstrucción de las páginas dañadas del diario de Amir. A medida que esto avance nuestro periódico, en exclusiva, publicará la palabra y el sufrimiento de aquella familia judía. 
_____________________________________________________________________

El proceso de tradución y restauración está siendo increíblemente rápido. Gracias al excelente trabajo de nuestros compañeros, os publicamos la primera página del diario.


23 de Diciembre de 1939

Mi nombre es Amir, Amir Singer, y tengo 16 años. Vivo en un pequeño pueblo Alemán a las afueras de la ciudad. Mi pasión por la literatura sobrepasa cualquier límite y soy capaz de escribir estando en cualquier lugar. A mi padre le fascina mi habilidad, probablemente heredada de él, y por eso ha decidido regalarme este cuaderno en el que poder escribir a lo largo de los días.

Las cosas están empezando a cambiar. Somos familia numerosa y el dinero escasea. Mi padre trabaja en una tienda de antigüedades y no tenemos para comer más que pan y patatas. Los Nazis se han apoderado de nuestras calles y desde que se implantaron las Leyes de Núremberg el 15 de septiembre, en el 1935, todo está cayendo en picado. Mi hermano Isaac ha tenido que separarse de su pareja por el mero hecho de pertenecer a una familia de judíos. Nuestra familia. El miedo se respira en las calles. Nos obligan a marcar nuestro comercio identificando que pertenece a una familia judía. Las aceras peatonales están prohibidas para nosotros. Y los parques. E incluso algunos establecimientos públicos. Somos prisioneros de nuestro propio país. Somos sus marionetas. He escuchado más de una vez conversar a mis padres acerca de emigrar, pero ni nuestra situación económica ni, sinceramente, nuestras ganas, nos lo permiten. Es nuestro país, nuestra casa, nuestra historia. No le podemos regalar nuestra vida a unos fanáticos descerebrados. Sí, me invade el dolor y me llena de rabia vernos embaucados en esta ridícula situación.
El silencio invade ya mi casa, es tarde por la noche y creo que es hora de descansar. Me pasaré más días por tus comprensivas páginas, querido Diario, te lo prometo. Buenas noches.


Paula Esteban González
_________________________________________________________________________________

25 de Diciembre de 1939

Hemos cenado con la familia Koch, nuestros vecinos y amigos de más confianza. El rostro de Adira, la hija mediana, se veía pálido. Estaba asustada. Quizá haya sido por eso por lo que han venido a mi cabeza los recuerdos de aquellos días de noviembre de 1938. Lo  he revivido todo con claridad en un solo segundo.



El horror inundó las calles aquella noche infinita y oscura. Se oían gritos, llantos y, sobre todo, disparos. La familia Koch vino a pasar la noche. La habitación se encontraba silenciosa, aunque sabíamos que nadie dormía. Muchos judíos lamentaron la muerte de familiares y conocidos, incluidos nosotros. Isaac no volvió a casa esa noche.  Mi madre lloraba en silencio sentada al lado de la puerta, esperando que un milagro hiciese aparecer a su hijo. No sabemos que fue de él. Quizá esté muerto, o peor aún, en un campo de concentración donde la vida es peor que la muerte. Yo pienso que escapó y que ahora está lejos de este horror. Echo de menos sus sueños revolucionarios y optimistas de que vendrán tiempos mejores. Isaac, mi compañero, mi ejemplo a seguir, mi hermano mayor. 
Aquella noche Adira buscó seguridad en mis brazos y, a escondidas de los adultos, dormimos en silencio y con las manos entrelazadas. Dormir a su lado fue una vía de escape de todo lo malo que sucedía alrededor. 
Hoy, por desgracia, he recordado la noche de los cristales rotos. He recordado la noche más larga de toda mi vida.

Amir


Maria Tejero
________________________________________________________________________

Buenos días navegantes, ¿qué tal va vuestra semana santa? Nosotros seguimos trabajando intensamente en la recuperación de las valiosas páginas del diario de Amir Singer. Después de este paréntesis en el que se han estado tratando las páginas que se deshacían debido a la humedad y el tiempo ya podemos acceder gracias a un fantástico equipo a de restauración a sus valiosos recuerdos. Aquellos que olvidan su historia están obligados a repetirla. Continuamos reseñando el contendido con esta página especialmente interesante e ilustrativa. 


16 de febrero de 1940



Estamos sanos y salvos, pero tenemos miedo. Ha sido un viaje horroroso, en trenes inhumanos solo aptos para ganado. Hoy es viernes y parece que por fin encontramos un poco de paz. Nos encontramos en el ghetto de Varsovia después de cuatro días de traslado. El hambre causó el llanto descontrolado de mi hermana menor Danna. Un vecino colaboracionista nos delató. La policía nos detuvo irrumpiendo en nuestro escondite apenas dejándonos tiempo para recoger nuestras pertenencias. A pesar de la frialdad del momento, vivíamos constantemente alerta, sabiendo que en cualquier instante podría suceder. En apenas unas horas estábamos frente a las SS, que duramente nos metieron en los vagones y cerraron las puertas. Oscuridad, frío y  sobretodo, incertidumbre, era lo único que se podía respirar en aquel trozo de chatarra humeante. Nos temimos lo peor, ser trasladados a un campo de trabajo forzoso, como, sospechábamos la mayoría, había sido el destino de mi hermano Isaac. Abrieron las puertas y unas gotas de lluvia casi heladas nos dieron la bienvenida. Traqueteantes e incómodos camiones militares nos llevaban rumbo a lo desconocido. El descenso fue accidentado, golpeándonos con sus armas de fuego y humillándonos públicamente. Por eso, al cruzar aquella muralla de ladrillo vigilada, los rostros de nuestros congéneres nos acogieron tímidamente. No estábamos en un campo de concentración, habíamos sido trasladados al barrio judío de Varsovia, el gueto, donde más de 380.000 judíos nos encontrábamos hacinados. Nos instalamos en un modesto apartamento que nos cedieron con amabilidad. No era gran cosa pero a nuestros ojos, fue poco menos que un palacio. Nos preparamos para celebrar el sabath. Por primera vez en mucho tiempo, podríamos ir a la sinagoga y rezar a nuestro Dios, que nos diese la fuerza necesaria para sobrevivir en estos tiempos de lágrimas y dolor. 


Paula Esteban González

_________________________________________________________________________________

23 de febrero de 1940

Los días pasan lentos en el gueto. La libertad con la que habíamos estado viviendo los pasados años ha desaparecido de un día para otro. Nos han cortado las alas y encerrado como si fuéramos animales peligrosos y extraños.
Desde mi ventana puedo ver el muro que nos separa del mundo normal. Allí la gente camina con despreocupación. Me he fijado y ninguno de ellos es capaz de levantar la vista del suelo. No entiendo, ¿por qué no hacen nada?

Padre y David se van a trabajar desde que sale el sol hasta que se pone tras el muro. Madre no me deja ir, tiene miedo porque piensa que no soy suficientemente fuerte. Se dedican a vender las telas que mi hermana y mi madre tejen durante el día. No da mucho dinero, pero con ello conseguimos meternos en la cama con el estómago tranquilo. Desde el traslado hemos perdido el contacto con la familia Koch. Todas las noches se aparece en mi mente el rostro pálido de Adira. La echo de menos y siento miedo al pensar que le haya podido pasar algo. Presiento que esta vida que acabamos de iniciar va a durar poco. Alguien cometerá una locura por el mero hecho de vivir, y sera entonces cuando reine el caos. 

Ya está llegando la oscuridad, Padre y David volverán de un momento a otro, debo de ir apagando las luces. Lo hacemos para no llamar la atención de los guardas. 
Espero tener tiempo mañana de escribir. 
Amir.


Maria Tejero 
________________________________________________________________________

  22 de julio de 1942



Mi madre está muy enferma. El médico dice que como esto continúe no le quedarán muchas semanas de vida. La comida escasea por no decir que es prácticamente inexistente y el agua que bebemos es claramente insalubre. Parece que una plaga estuviera acabando con el pueblo judío. No hay medicamentos suficientes para paliar tanta desgracia. Resulta increíble ver como, a pesar de los tiempos que corren, algunos judíos mantienen la fe. El Judenrat nos ha comunicado que los nazis quieren deportar a los judíos no trabajadores en sus fábricas. Un hilo de esperanza se ha abierto en nuestra familia. No sabemos con certeza a qué lugar nos vemos trasladados. Se rumorea que al este, donde nos someterán a trabajo forzado. Pero ¿y si no es así? ¿y si nuestra fe nos da la oportunidad de vivir como nos merecemos? Quizás en el nuevo lugar encontremos alguna cura para poder salvar a Madre y vivir felices de nuevo. O en lo peor, cualquier cosa sería mejor que esta tortura. Al menos tendríamos un trabajo y un poco de comida diaria para autosustentarnos. Un camión nos espera en la puerta del ghetto rumbo a la plaza de  Umschlagplatz, donde dicen un tren nos aguarda. 
Volveré a escribir pronto, lo prometo. 
Rezando por una nueva vida, Amir.


Paula Esteban González
________________________________________________________________________

24 de Septiembre de 1943

Otra vez se acerca el invierno y no sé si lo voy a poder resistir. Aun recuerdo como si fuera ayer el momento en el que me separaron de mi familia. Nada más llegar a aquí, el campo de concentración de Auschwitz, nos hicieron formar en filas. Recuerdo bien como mi madre agarraba fuerte la mano de mi hermana pequeña intentando tranquilizar su temor. Desfilamos frente a una mesa donde un oficial sentado de las SS decidió cómo clasificarnos, como si fuéramos ganado. Las mujeres fueron directamente a otra fila, con los niños. Por otro lado los hombres, fuimos separados según nuestra salud y condiciones físicas. Así fue como me arrebataron lo único que me quedaba, mi familia. 
Llevo más de un año trabajando sin descanso, contando los segundos para poder salir de este infierno. Abrigo la esperanza de que mi hermana y mis padres se encuentren bien. 

El campo no para de crecer, y a pesar de sus enormes dimensiones, se sigue ampliando, construyéndose nuevas áreas plagadas de duchas colectivas que no terminamos de comprender su utilidad, ya que el agua corriente no llega hasta nosotros. 


Corren rumores de que los rusos están empezando a cambiar el curso de la guerra, manteniendo la ilusión viva de que todo esto pueda tener un final no lejano.
Echo de menos poder pasarme por tus comprensivas páginas todos los días como por aquel entonces, pero mis fuerzas no son las mismas y mi tiempo se ha reducido. No me queda nada. La falta de comida y de medidas higiénicas a provocado el fallecimiento de miles de personas, entre ellos el único amigo que conseguí en este cautiverio. Quizás lo único que me mantiene vivo es la esperanza de poder volver a ver a mi familia sonreír, estar unidos de nuevo. 
Les quiero, les quiero mucho.
Amir.


Paula Esteban González
________________________________________________________________________

15 de febrero de 1944

Tengo una sensación extraña, como si un vacío enorme se apoderara lentamente del interior de mi cuerpo. 
Mis compañeros de habitación, con el paso de los días, se han convertido en lo único que tengo en la vida. Y este pequeño cuaderno en mi mayor confidente. 
Sé que mañana estas camas incómodas van a quedar vacías. Ayer se llevaron a la mitad de residentes de este cuarto tan grande y, supongo, mañana iremos nosotros. Nadie sabe a donde van, ni que hacen allí, porque ningún hombre ha vuelto para contarlo. Se rumorea que van directos a la muerte, a las cámaras de gas que han creado para borrar nuestra existencia por completo. Por eso, por si acaso esta es mi última noche en el mundo, quiero esconder este cuaderno con la esperanza de que, cuando todo esto haya pasado, se recuperen mis recuerdos.
Es tarde y escribo a tientas en la negrura de la noche. En silencio. Un nudo en la garganta no me deja respirar con normalidad. Adira. Una vez más, como tantas a lo largo de mi corta vida, su rostro se me aparece en la oscuridad. Un rayo de luz. Unos ojos negros que he amado desde pequeño. 
¿Dónde estará? ¿Dónde estará mi familia? ¿Por qué nos hacen vivir este infierno? 
Desde aquí escucho la respiración agitada de alguien que llora sin querer hacer ruido. Tengo la certeza de que nadie duerme.
Voy a dejar de escribir. Encontraré un refugio donde esconder estas páginas impregnadas con mis pensamientos.
Moriré como un fantasma. Sin nombre, sin identidad, sin familia. Solo. 

Adira, ojalá estuvieras a mi lado. Un suave roce que se pierde. Despacio...

Amir.


María Tejero
_____________________________________________________________________

Y con esta página finaliza el proceso de reconstrucción de esta reliquia. Después de una serie de investigaciones se ha averiguado que dos días después de escribir la última página de su diario, Amir falleció en una cámara de gas al igual que el resto de sus compañeros de habitación. Nos lega su experiencia y sus imborrables palabras. 

Esperamos que gracias al Navegante de Papel hayáis podido retroceder en el tiempo y revivir por un momento el horror del holocausto nazi. 
Les informaron sus reporteras de investigación Maria Tejero y Paula Esteban.














martes, 12 de marzo de 2013

FALLECE ANA FRANK (12-03-1945)


¿Qué tal estáis navegantes? La efemérides de hoy esta muy relacionada con el tema que venimos tratando durante estas últimas semanas. El nazismo y los judíos. 
Con esto me refiero a que tal día como hoy falleció Annelies Marie Frank, más conocida como Ana Frank, autora de un diario en el que relataba su experiencia de tener vivir varios años escondida por la persecución Nazi. Este trágico documento recoge sus vivencias durante estos dos años, en el que se relata detalladamente su entusiasmo por la literatura, el terror, el hambre, y sobre todo, la difícil convivencia con los demás refugiados. A pesar de este sacrificio, acaba siendo descubierta un 4 de agosto de 1944 por un informador holandés, siendo así arrestada junto a su familia por la Gestapo (policía Nazi), y enviada a un campo de concentración donde muere de tifus en condiciones infrahumanas.

Con esto recordamos el horror del holocausto Nazi, las pésimas condiciones a las que se enfrentaron los judíos para sobrevivir y las víctimas del horror y la barbarie sin sentido desatadas por el Nazismo y sus fanáticos seguidores. 


lunes, 11 de marzo de 2013

Todos íbamos en ese tren: 11 de marzo

Nueve años después de la tragedia, Madrid sigue temblando ante el recuerdo del 11 de marzo del 2004.
Como todo lo malo, aquel ataque terrorista que se llevó 191 vidas inocentes, llegó de imprevisto. Personas dispuestas a seguir su rutina terminaron protagonizando el segundo mayor atentado cometido en Europa hasta la fecha. 
Es indescriptible el sentimiento que te invade cuando piensas que cualquier conocido o cualquier familiar podía haber sufrido el ataque. Ese sentimiento indescriptible es el que tienen los cientos de familias que perdieron a seres queridos aquella mañana.
Aquella fatídica mañana de marzo que ninguno vamos a olvidar, aquella mañana de marzo en la que todos los habitantes de Madrid eran uno sólo.




Madrid no lo olvida





MARÍA TEJERO 4º ESO C





sábado, 9 de marzo de 2013

EN TIERRA DE NADIE

Hola navegantes. Tenemos una novedad para todos nuestros lectores. La reportera Paula Esteban ha redactado después de una gran labor de información un pequeño relato inspirado en los horrores de las trincheras hacia 1915 en la Primera Guerra Mundial. 
Esperamos que os guste.


EN TIERRA DE NADIE


Un nuevo estallido de bomba abrió mis ojos en otro gélido amanecer de 1915. El miedo se respiraba en la trinchera mientras las nubes amenazaban de lluvia. Mis labios tiritaban, quería creer que de frío. Miré a mi alrededor, quizás era la última ocasión de sentir la presencia de mis queridos compañeros. Mi valentía se esfumaba a medida que se acercaba el momento de que tres acribillantes palabras me atravesaran como balas: “¡Saltar la trinchera!”. No quería salir y encontrarme cara a cara con la muerte. Tener que quitarle la vida a una persona que, probablemente como yo, no tenía ni la menor idea de que estaba haciendo allí. Me sorprendí rezando, suplicándole a Dios que me llevase de vuelta a casa, en silencio pidiendo a gritos que un proyectil no me alcanzase. Así entre ruegos y oraciones salí de aquel cobertizo, y me vi solo, desnudo ante miles de cuerpos que buscaban su salvación. Pude ver como otros militares caían, me enfrenté a la mirada de terror y cansancio que dominaba a aquellas vidas que prácticamente habían llegado a su fin. Pude ver sangre, dolor, rifles sin dueño. Y al final la supuesta recompensa, de nuevo en la trinchera. De nuevo las pesadillas se apoderan de mis sueños que al despertar, como día tras día, se harán realidad. 

PD: Este es uno de los vídeos que han servido para documentar este relato.
http://www.youtube.com/watch?v=LBAEM0HOBM4

Paula Esteban González

viernes, 8 de marzo de 2013

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Hoy, 8 de marzo, celebramos el día internacional de la mujer o el día de la mujer trabajadora. Esta fecha conmemora la lucha de la mujer por su participación en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
Os invito a pensar y a daros cuenta de que, a lo largo de los años y durante mucho tiempo, miles de mujeres han luchado, gritado e incluso muerto para conseguir los derechos que disfrutamos hoy en día y que, en mi opinión, no valoramos lo suficiente. Tenemos que apreciar el trabajo que realizaron y no creo que esta fecha consista en decir "feliz día de la mujer", esta fecha existe para que, nosotras, las que hemos nacido con todo hechosigamos con la lucha por la igualdad. Para que sigamos con la lucha, porque este problema sigue existiendo alrededor del mundo. Sigamos con la lucha por la educación machista, la violencia de género, los maltratos, las mujeres violadas y la discriminación. 
Hoy es un día de revolución y resistencia. 
Y como hoy, debería serlo todos y cada uno de los días.




MARÍA TEJERO 
4º ESO C